03 noviembre 2013

Italia austríaca (o Austria italiana)

'No te va a gustar', me avisó un compañero de trabajo. 'Que pena que la primera ciudad de Italia que conozcas sea Trieste, no hay nada que ver', dijo otro. Pero a mi me hacía mucha ilusión ir a Italia, aunque no fuera a una de las ciudades mas conocidas, aunque fuera por un viaje de trabajo, y tenía ganas de aprovecharlo al máximo. Y no me decepcionó. 

Trieste tiene mar, y solo por eso ya era muy probable que me gustara. Y me gustó. Era principios de abril y hacía buen tiempo, la ciudad estaba tranquila y no había turistas. Eso si, como no es turística, nadie hablaba inglés. Pero eso no fue un problema, la gente era muy amable y con sólo cuatro palabras me hacía entender. 


Lo primero que captó mi atención fueron los edificions. Todavía no había estado en Austria, pero lo que veía me hacía pensar en las películas de Sissi. Es normal, Trieste formó parte del Imperio Austro-Hungarés y pasó a formar parte de Italia a finales de la primera guerra mundial. 






Además de palacions, en Trieste encontré muchas otras cosas. 
Hay ruinas romanas





y tramvias que parecen de otros tiempos. 



Canales, 



fuentes



y personajes interesantes (en la foto, una estatua de James Joyce, que vivió varios años en Trieste). 



Pocos quilómetros hacia el norte hay un castillo, el Castello di Miramare



rodeado de barquitas, 



simpáticas gaviotas, 



playas escondidas, 



y por supuesto, ¡el mar! 



Lo que más me gusto fueron las puestas de sol. Vengo de una ciudad que tiene mar, pero donde el sol sale por el mar y se va por la montaña, así que no estoy acostumbrada a ver puestas de sol sobre el mar, y me encantan. 






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