Álex intenta adivinar en qué lugar de Francia queden ruinas
romanas, pero al final se da por vencido.
- Estas columnas están en Nimes, que queda cerca del mar
Mediterráneo – le cuenta el señor Alfonso.
- ¿Y forman parte de un templo?
- Si, es un templo. En francés lo llaman Maison Carré, casa
cuadrada, y es un templo del año 16
a .C. Todavía se puede ver, está entero y en buen estado.
Álex sonríe. Pensar en romanos en Francia le hace pensar en
Astérix y Obélix.
- Y tu, ¿de qué te ríes ahora? – le pregunta su
vecino mientras le ofrece unas galletas.
- Nada, nada – responde él – ¿y quedan otras
ruinas por ahí? – pregunta mientras coge una galleta cuadrada, precisamente.
- Si, también queda un anfiteatro, las Arenas de
Nimes. Lo han restaurado y ahora sirve para hacer conciertos y corridas de
toros.
‘Toros?’ piensa Álex, ‘ya verán los toros como llegue
Obélix...’
- Y no muy lejos de Nimes está
Arles, donde también hay muchas ruinas de la época romana. En Arles hay un anfiteatro
que, igual que en Nimes, se aprovecha para hacer espectáculos. Y un teatro que
no tuvo tanta suerte y no se conservó entero, pero se pueden ver claramente las
gradas y restos del escenario.
Suena el timbre y el señor Alfonso
se levanta para abrir, mientras Álex aprovecha para tomar la última galletita
de chocolate ‘ahora que no me ve’ (¡como si no fuera a darse cuenta!)
Su vecino vuelve con la señora
Conchita, la vecina del tercero, que les lleva unas magdalenas que ha preparado
por la mañana. I, ya de paso, se añade a conversación.
- Hablábamos de Nimes y Arles y de las ruinas
romanas que quedan por ahí. ¿Tu has estado allí?
- ¡Pues claro! – exclama la señora Conchita. – De
jóvenes con mi marido, recorrimos todo el sur de Francia con el seiscientos,
desde Montpellier hasta Biarritz, pasando por Carcasona. ¡Y que bonito que es, Carcasona!
Y compramos unos dulces muy bueno, allí... Toma, coge otra magdalena, no seas
tímido... Mira, el timbre, debe ser Pedro...
Esta vez es Álex quien se levanta y
va abrir la puerta, como si fuera su casa, al señor Pedro, mientras los demás
siguen conversando.
- ¿Y verdad que también queda un teatro mas entero
por la zona? – dice uno.
- Si, claro, hay un teatro en Orange, que está
mejor conservado que el de Arles. Este tiene el escenario entero... – responde
otro.
- ¿Y el puente de Gard, lo habéis visitado? Un
antiguo acueducto...
- ¡Y que todavía aguanta! Eso sí que eran
puentes...
- Que buenas que están las magdalenas, puedes
preparar más cuando quieras...
Y va pasando la tarde, y llegas
otros vecinos y hablan y recuerdan y cambian de tema, y comen galletas y magdalenas
y toman el café.
Mientras tanto, Álex piensa que
muchas cosas que ver, en el mundo, y sueña despierto. Quiere dar la vuelta a
Europa en bicicleta. Bueno, en realidad, su gran Sueño, en mayúsculas, es dar
la vuelta al mundo en bicicleta. Pero le parece un proyecto demasiado grande,
demasiado irrealizable. Pero Europa, piensa... ¿por que no?
Quizás un día.
Y si se va, podría pasar por las
ruinas de Nimes, Arles y Orange, que viene de camino.
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