26 diciembre 2013

Conversando en los valles del Atlas

Todo depende de las referencias. Una vez, sobrevolando los Alpes en avión, un amigo de la India me preguntó si los Alpes eran pequeños. Me sorprendió. ¿Los Alpes, pequeños?. ‘Bueno, no mucho... algunos picos superan los 4000 metros’ le dije, y me respondió ‘ah entonces si, son pequeños, el Himalaya supera los 8000 metros’. Visto así, claro, los Alpes no son muy altos, y el Atlas, con una altura máxima de unos 4000 metros, tampoco.



El Atlas es una cordillera del norte de África de 2500km de longitud (lo que equivale a ¡cinco veces los Pirineos!), y que cruza Marruecos, Algeria y Tunisia. En la parte marroquí, se divide en tres subcordilleras: Atlas Medio, Alto Atlas y Anti-Atlas. Nosotros visitamos una parte del Alto Atlas, pasando por el puerto de Tichka, el Valle del Dades, el Valle y las gargantas del Todra y el Valle del Draa. Fueron muchos kilómetros en coche que aprovechamos para charlar.


 De Marrakesh a Ouarzazate por el puerto del Tichka

El camino de Marrakesh a Ouarzazate fueron 200 kilómetros de paisajes de colores rojizos, anaranjados y marrones alternados con el verde profundo de la vegetación. Era mediados de noviembre y el clima estaba fresquito en el día y frío de noche (nos dijeron que hasta podía nevar, pero no pasó).



Antes del viaje, pensaba que en Marruecos la mayoría de la población era árabe. Una de las primeras cosas que aprendí es que no es así: la mayoría son bereberes, y tienen su propio idioma (el berebere) y su bandera. La bandera berebere es azul por el mar, verde por la naturaleza y las montañas, y amarilla por la arena del desierto. El símbolo es una letra del alfabeto berebere que significa ‘hombre libre’.

la bandera berebere

puerto de Tichka

Cerca del puerto del Tichka, un puerto de montaña, pasamos a visitar una cooperativa de productos de aceite de argán. En la zona vimos muchas: se trata de cooperativas de mujeres que elaboran cosméticos y productos alimenticios a la base de aceite de argán (a menudo bio y de comercio justo). Nos mostraron los granos de argán, y nos explicaron como se separan y se preparan para la extracción del aceite. La visita terminaba con una degustación de aceite, miel y mermelada y, claro está, con una tienda con todo tipo de cremas, productos para el cuidado del pelo, aceited y alimentación. Lo encontré interesante pero un poco ‘orientado al turista’.


carretera en "serpiente"

souvenirs al lado de la carretera


Por la noche llegamos al Oasis de Fint, el valle entre montanñas del que hablé en el último post, ‘el valle encantado’.

Valle del Dades

El río Dades nace en el Alto Atlas y cruza la cordillera a través de un valle que lleva su nombre. Gracias a sus aguas, en el valle hay mucha vegetación, que contrasta con la aridez de las montañas del alrededor. En el valle del Dades se encuentra la calle más larga de Marruecos, que tiene unos 30 kilómetros y cruza varios pueblos.
  

el río Dades



Muchas veces había escuchado que, en muchos lugares del mundo, existe una gran afición por el Barça. Una cosa es escucharlo y otra muy diferente verlo: en Marruecos vi muchas camisetas del Barça. Un día se lo comenté al guía, que sonrió y se levantó el polar: él también tenía una. Le preguntamos porqué gustaba tanto, y nos respondió que porque, además de jugar bien, son simpáticos (¡¿?!).

un fan del barça


valle del Dades

Gargantas del Todra

Las Gargantas del Todra son un lugar impresionante, un valle muy estrecho entre montañas muy altas, con los colores típicos de los paisajes del Atlas. Pero se ha convertido en un lugar turístico. Al lado del rió hay un camino asfaltado que, por el lado de la montaña, está lleno que pequeñas tiendas de pañuelos y souvenirs, y hasta hay algún hotel. Por suerte, en esta época del año (noviembre) no había mucha gente.




 Valle del Todra

En los valles del Atlas vemos muchas kashbas y ksars. Las kashbas son palacios construidos con tierra y paja (la paja se mezcla con la tierra para que la lluvia no erosione las paredes), mientras que un ksar es un pueblo entero, también construido con tierra.




Los edificios de tierra son muy frequitos. El ksar consiste en una calle principal y varias calles secundarias laterales, pas pequeñas, todas cubiertas por las mismas casas. Hay algunos patios para dar luz, pero la mayoría del pueblo queda a la sombra, lo que ayuda a mantener una buena temperatura, incluso con el calor del verano.

la calle principal del ksar a Tinejdad

En Tinejdad, en el valle del Todra, visitamos el Khorbat, un antiguo ksar que está en fase de reconstrucción gracias a la asociación ElKhorbat para el Patrimonio y el Desarrollo Sostenible, que pretende conservar el ksar y desarrollar la economía a través del ecoturismo.

Los habitantes de Tinejdad, con el paso del tiempo, habían empezado a abandonar el ksar y se habían ido instalando en casas en el exterior. La asociación está restaurando el ksar y, poco a poco, motivando sus habitantes a volver a ocupar las casas del interior. La asociación trabaja sin ayudas del gobierno; se finanza con ayudas internacionales y también alquilando habitaciones y vendiendo artesanía. También tienen habitaciones gratis reservadas para voluntarios.

vista del ksar desde una terraza


Valle del Draa

El último de los valles que visitamos, el valle del Draa, es mas seco que el del Dades, y es la región que más dátiles produce de todo el país.


 ¿habías visto alguna vez tantas palmeras juntas?

En algun momento del viaje hablamos del los colores, y nos contaron que para ellos, el rogo era mal señal: el color de la sangre, la cruz roja, los señales de peligro, los bomberos... No pude resistir la tentación de preguntar ‘¿y la coca cola?’. Nos reímos. ¿Será el señal de la globalización?





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