Antes de viajar a Marruecos, cuando pensaba en el desierto
siempre me venía la misma imagen a la cabeza: dunas de arenas, amarillas y
anaranjadas, con el cielo muy azul y ni un rastro de vegetación. ¿Será que he
visto muchas películas? ¿O que las películas siempre muestran el mismo pedazo
de desierto? Durante esos día de inmersión en el desierto descubrí que mucho
más que eso.
Mi recuerdo del desierto está marcado por dos cosas: los
paisajes y la gente. Este post es una breve introducción al desierto, cuatro
pinceladas para presentar el contexto, los paisajes y las sorpresas del
desierto. En la segunda parte (‘la vida en el desierto’) hablaré de sus
habitantes.EL DESIERTO AMARILLO
Efectivamente, y en eso no iba equivocada, en el desierto
hay dunas. Muchas dunas. Grandes, impresionantes, elegantes, fotogénicas.
La arena del desierto es muy fina, de esta que se te pega al
cuerpo cuando vas a la playa, y las dunas pueden llegar a ser muy altas, vimos
algunas de hasta 200
metros . ¡No imaginaba lo que podía costar subirse a una
duna! Te hundes como en la nieve virgen... en general, lo que resultaba más
“fácil” era de caminar por la línia de cresta (aunque debe ser cuestión de
práctica).
En Marruecos, el desierto de dunas se llama desierto
amarillo. Pero el desierto amarillo, el más conocido por nosotros, es sólo una
pequeña parte del Sahara marroquí.
EL DESIERTO NEGRO
La mayor parte del Sahara marroquí está compuesto de piedra
oscura, y se llama desierto negro.
El desierto negro, a veces, se parece a un gran terreno de
arena con una finísima capa oscura, como si de ceniza se tratara, con
piedrecitas negras por encima.
Otras veces se parece a un paisaje volcánico.
LAS PLANTAS DEL DESIERTO
Uno de los detalles que me sorprendió fue encontrar plantas.
Bueno, de acuerdo, no había muchas y no eran muy verdes, pero las había, más de
las que yo pensaba.
EL AGUA
Nos contaron que en el desierto hay agua, muchos metros bajo
tierra, que se puede recuperar excavando pozos. En el campamento de haimas donde pasamos la noche, por
ejemplo, había uno. En algunos pueblos tienen pozos para recuperar las aguas
subterráneas y canalizaciones para que llegue al pueblo, para el consumo de los
habitantes y también para la agricultura.
LAS PINTURAS RUPESTRES
Otro descubrimiento: en el desierto hay pinturas rupestres
o, para ser más exactos, “gravados rupestres”. Son gravados sobre piedra al
aire libre, en medio de la nada y que, a pesar del paso del tiempo, todavía son
visibles.
LAS NUBES
La zona que visitamos sufre una período de sequía extrema
(incluso para los estándares de la región) que empezó ya hace años. A veces se
pueden ver algunes nubes en el cielo, pero no llueve.
LA NOCHE
Me habían dicho que uno de los mejores lugares de la Tierra
para ver las estrellas es el desierto, y esperaba con mucha ilusión la noche
que pasaríamos entre las dunas. Si tenéis pensado pasar una o varias noches en
el desierto para observar el cielo, atención a un pequeño detalle: la luna. En
una gran ciudad no se nota demasiado, pero en una noche con luna, puede haber
mucha luz, y eso hace que las estrellas se vean menos y tengas que esperar a
que la luna se esconda.
LOS COLORES DE LAS DUNAS
La magia de las dunas consiste en que cambian de color. A
veces son amarillentas, otras anaranjadas o rojizas. Los mejores momentos para
apreciar los cambios de color son, claro, el amanecer y la puesta de sol.
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